La gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, emitió este lunes un posicionamiento oficial respecto a la cancelación de su visa por parte del gobierno de los Estados Unidos, medida que, afirmó, no está motivada por la comisión de delito alguno y que calificó como una decisión de carácter administrativo.

En su mensaje, la mandataria estatal aseguró que su visa fue revocada sin que se le haya comunicado la causa, pero enfatizó que esta situación no determina ni su integridad ni el rumbo de su gobierno. “No me define lo que tengo ni los permisos que me otorguen o me detengan. Me definen mis valores, mis convicciones y el propósito que he abrazado desde que decidí dedicar mi vida al servicio público”, expresó ante medios y funcionarios.

Ávila Olmeda agradeció las múltiples muestras de apoyo recibidas por parte de ciudadanos, representantes populares y de su gabinete, y criticó a quienes —dijo— intentan utilizar el hecho como un arma política. También hizo un firme llamado contra la violencia de género, señalando que se le ha señalado “sin pruebas, sin verdad y sin límites”.

En un tono emotivo y firme, la gobernadora reiteró su respeto a la soberanía del gobierno estadounidense y confió en que la verdad prevalecerá con el tiempo. Aseguró que continuará su labor al frente del gobierno estatal con la frente en alto, el respaldo de su familia y su compromiso con la Cuarta Transformación.

A continuación, el posicionamiento íntegro de la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda:

Posicionamiento de la Gobernadora Constitucional del Estado Libre y Soberano de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda

Gracias a todas, a todos. Muchas gracias por venir. Gracias por acompañarnos el día de hoy para asistir a este mensaje. Agradezco a todo mi equipo de trabajo que me acompaña. Buenas tardes.

Millones de personas saben lo que es enfrentar obstáculos sin haber cometido falta alguna. A veces, las decisiones que nos afectan no están en nuestras manos. Hoy me toca a mí.

Como muchas y muchos, confirmo lo que compartí en mis redes sociales el pasado fin de semana. He sido incluida en una medida consular y, por ello, hoy no cuento con mi visa para ingresar a los Estados Unidos. Pero eso no me define. No me define lo que tengo, ni los permisos que me otorgan o me retiran. Me definen mis valores, mis convicciones y el propósito que he abrazado desde que decidí dedicar mi vida al servicio público.

Que el Departamento de Estado de los Estados Unidos haya cancelado mi visa no significa que yo haya cometido alguna falta. Es una decisión administrativa, no una sanción judicial. No hay delito, no hay una falta. No se ha comunicado la causa de esta medida, y cualquiera que sea la razón, estoy tranquila y con la conciencia limpia de que todo se aclarará.

Sin embargo, algunos han querido convertir esta situación en un arma política. Desde el día de ayer he recibido el respaldo más noble y profundo que puede tener quien trabaja con el corazón por delante.

Mis más profundas gracias a las y los ciudadanos que me han hecho llegar sus muestras de cariño, su solidaridad y sus mensajes. A mis compañeras y compañeros gobernadores, senadoras, senadores, diputadas, diputados, locales y federales; a todas mis amigas y amigos, a la gente de mi gabinete: muchas gracias por sus mensajes, por acompañarme con su amor, con su voz y con su abrazo. Se los agradezco mucho.

Me han dicho que esto que hoy vivimos es una injusticia. Y que nadie que lucha por el pueblo debe ser juzgado sin verdad. Su solidaridad me reafirma lo más valioso de este movimiento: que está blindado porque caminamos del lado correcto de la historia, del lado de la gente.

Agradezco con la misma fuerza a mis colaboradoras y colaboradores del Gobierno de Baja California, representados aquí por mi equipo más cercano, el gabinete del Gobierno del Estado, hoy presentes.

Quiero también decir que respeto profundamente la soberanía del Gobierno de los Estados Unidos y reconozco su facultad administrativa. Sé que la verdad y el tiempo pondrán las cosas en su lugar.

A lo largo de mi trayectoria pública he mantenido con el Gobierno de los Estados Unidos una relación institucional basada en el respeto y en la coordinación. Estoy convencida de que así debe continuar siendo, porque cuando se trata del bienestar de nuestras comunidades, la cooperación es siempre el camino.

A quienes han querido utilizar esta situación para dañarme, también les digo: jamás le he hecho daño a nadie, ni lo haré, porque hay valores que son pilares en mi vida y que me fueron inculcados desde muy niña en mi casa. Así que no le busquen: no hay nada que esconder, no hay nada que averiguar para dañar mi imagen o mi persona.

Para ser sincera, estoy sorprendida con esta situación. Pero, como en otros momentos más complejos, he aprendido que incluso las tormentas te hacen más fuerte si sabes quién eres. Y yo lo sé.

Aquí parece que la violencia de género es normal, pero se equivocan. Se equivocan quienes, detrás de un micrófono, una cámara o del anonimato que permiten las redes sociales, me señalan sin pruebas, sin verdad y sin límites. Y lo más incongruente es que son ellos quienes ya vendieron su integridad y su dignidad por dinero, por avaricia o por odio. No tienen calidad moral para señalar a nadie.

Yo, en cambio, sigo con la gente, en la vida, con las manos limpias y con el corazón en su lugar: en el pueblo, con el pueblo. No me han doblado. Al contrario, me han reafirmado. Me han recordado quién soy, de dónde vengo, por qué lucho y para qué estoy aquí.

Quienes me conocen saben que no he dejado de trabajar ni un solo día desde que fui electa, en beneficio de la gente. Lo hice como diputada, como alcaldesa y ahora como gobernadora, porque creo que servir no es un privilegio, es una causa. Y esa causa, como todas las que valen la pena, incomoda a muchos.

Por eso sé que habrá quienes insistan en seguir calumniando y difamando. Lo harán porque no toleran ver a una mujer firme, decidida y con convicciones al frente de un gobierno que ya no se arrodilla ante nadie. A quienes insisten, les hablo de frente: no hay delito, no hay falta, no hay nada que perseguir. Solo la desesperación de quienes no entienden que servir también es resistir.

Agradezco profundamente las palabras de respaldo de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien hoy, en nombre del pueblo, reconoció el buen trabajo que hemos realizado en Baja California. Su confianza nos fortalece y reafirma el compromiso que tenemos con los principios del movimiento que le ha traído dignidad y bienestar a millones de mexicanas y mexicanos. Le agradezco, además, por acompañarme en este momento con la firmeza y la sensibilidad que la distinguen como líder de nuestro país.

A mi pueblo, a las y los bajacalifornianos, les digo lo más importante: Marina del Pilar no se defiende, como miles de mexicanas y mexicanos que viven sin visa. Seguiré cumpliendo con la responsabilidad que me fue confiada: la de gobernadora de Baja California. Continuaré defendiendo sus causas —que he hecho mías— y trabajando por un estado más justo, más digno y humano para cada familia.

Esta etapa la transitaré de la mano de Dios, de mi familia y de miles de personas. Sé que saldré de esto más fuerte, más plena y más firme en la misión que tengo: acompañar, servir y aliviar la vida de quien más lo necesita.

Hoy, más que nunca, agradezco a Dios por sostenerme con fe; a mi familia, por caminar a mi lado sin condiciones. Soy una hija orgullosa del ejemplo y los valores que mi madre y mi padre me sembraron. Y con ese mismo orgullo, todos los días trabajo de manera íntegra para que mis hijos se sientan igual de orgullosos.

A mis amigas, amigos, aliadas, aliados, compañeras, compañeros; a cada persona que confía en mí —no por lo que tengo, sino por lo que represento— gracias por creer en esta causa que no se rinde, que no se vende y que no se calla.

Con ustedes, con ustedes y con ustedes seguiremos adelante. Porque la dignidad no se cancela, y el amor al pueblo no entiende de visas ni se mide por fronteras.

Seguiremos adelante, siempre en correspondencia con los principios de la Cuarta Transformación. Nuestros principios: no mentir, no robar y no traicionar al pueblo.

Luego de esta aclaración, doy por cerrado este tema para seguir con la amplia agenda gubernamental que requiere de nuestra total atención, para llevar bienestar y seguridad a cada rincón de Baja California.

Muchas gracias a todas y a todos por acompañarnos.