En el poniente de Mexicali, los habitantes de la colonia Mayos viven diariamente una realidad de abandono e indiferencia. Las calles, convertidas en caminos de tierra, llenas de baches y restos de lo que alguna vez fue pavimento, han llevado a los vecinos al límite de la paciencia.

“Ya no sabemos si nuestros carros son vehículos o víctimas”, ironiza un residente mientras observa cómo el polvo invade nuevamente su vivienda tras el paso de otro automóvil.

Las vialidades del sector, lejos de ofrecer condiciones mínimas de circulación, se han convertido en una verdadera pesadilla para los conductores. Tramos completamente de tierra, hoyancos por doquier y el incesante polvo que se cuela en cada rincón de los hogares han motivado a los colonos a alzar la voz.

Vanesa, quien ha vivido más de seis años en la colonia, describe la situación como insoportable: “Sí, pues ya por lo que yo tengo aquí, tengo... Ya... Más de seis años, y sigue igual. No lo han arreglado. Por ejemplo, yo vivo ahí en esa... Está horrible. Está horrible. Hoyos por donde quiera. Luego se descomponen los carros por eso.”

Los vecinos aseguran que no buscan lujos, sino condiciones dignas para transitar y vivir. Piden al Ayuntamiento de Mexicali que atienda las necesidades más básicas de la zona, entre ellas, la pavimentación.

“No, pues sí, ya tiene rato que tenemos todas las calles todas, este, así pues, con mucho polvo. No hay, este, pavimento, pues, ya se perdió el pavimento y tenemos, necesitamos que, pues, el gobierno ponga algo, así pues, que ponga algo así de su parte para que, para que nos ayude, pues, a mejorar la zona.”, expresó María Félix, otra residente de la colonia.

La situación no sólo afecta la movilidad, también compromete la salud y economía de las familias. Las constantes fallas mecánicas en los vehículos, producto del mal estado de las calles, generan gastos adicionales, mientras que el polvo afecta a personas con enfermedades respiratorias y ensucia constantemente los hogares.

Durante años, los residentes han solicitado obras de pavimentación, sin obtener respuesta concreta. Mientras tanto, los autos se siguen descomponiendo, las casas se llenan de polvo y la paciencia de los vecinos... se agota.

Vecinos aseguran que continuarán exigiendo hasta ser escuchados, pues consideran que vivir en condiciones dignas no debe ser un privilegio, sino un derecho.