Este domingo, París recibió la llegada de la llama olímpica, marcando el inicio de la cuenta regresiva para los Juegos Olímpicos que arrancarán en apenas doce días. La ceremonia coincidió con la celebración del 14 de julio, la festividad nacional de Francia, encabezada por el presidente Emmanuel Macron, quien, acompañado de su esposa Brigitte, presidió el evento desde el Arco del Triunfo. Este icono parisino fue testigo del relevo de la antorcha entre jóvenes representantes de Seine-Saint-Denis, destacando el compromiso de la ciudad con la celebración deportiva global.

El recorrido de la llama olímpica por la capital francesa fue un espectáculo de unidad y celebración. Iniciando en la majestuosa Avenida Foch y culminando bajo la atenta mirada de la tribuna presidencial, el fuego sagrado pasó de mano en mano, simbolizando la conexión entre generaciones y comunidades. Este evento no solo marca el inicio de los Juegos, sino que también representa un rayo de esperanza y optimismo en tiempos de incertidumbre política en Francia, con Macron enfrentando desafíos sin precedentes en su gobierno.

A pesar del contexto político tenso, Macron se unió al coro nacional al ritmo de la Marsellesa, subrayando la importancia histórica y cultural de los Juegos Olímpicos para el país. Mientras la llama olímpica encendía los corazones parisinos, la política no quedó al margen, con el presidente francés inmerso en negociaciones complejas para formar un nuevo gobierno tras las elecciones legislativas disputadas.

Desde su llegada a Francia en mayo, la llama olímpica ha recorrido un extenso trayecto por todo el país, culminando este domingo en su apoteósica entrada a París. Más de quinientas personas participarán como portadores de la antorcha en relevos simbólicos, incluyendo figuras prominentes como Thierry Henry y el actor Jamel Debbouze. Este ritual de paso simboliza no solo la pasión por el deporte, sino también el espíritu de unidad y diversidad que caracteriza a Francia.

El itinerario de la antorcha continuará con un programa meticulosamente planeado que llevará el fuego olímpico a través de sitios emblemáticos como la basílica del Sagrado Corazón, el Arco de Triunfo y la plaza de la Bastilla. Con cada paso, la llama iluminará la historia y la cultura de París, preparando el escenario para la gran inauguración el 26 de julio, cuando los ojos del mundo se vuelvan hacia los Juegos Olímpicos de 2024 en la Ciudad de la Luz.