Disney ha encendido nuevamente la nostalgia y la conversación al anunciar oficialmente la secuela de su remake live-action Lilo & Stitch, una de las sorpresas cinematográficas más taquilleras del año. El anuncio llegó el 26 de junio, una fecha nada casual: Stitch es también conocido como el “Experimento 626”.

El anuncio se dio a conocer con un breve teaser en redes sociales, en el que el travieso alienígena azul conduce un convertible rosa por el lote de Disney al grito de: “¡Alístense! ¡Ahí vamos!”.

 

 

 

 

 

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La decisión de continuar la historia era prácticamente inevitable. La primera película, estrenada durante el fin de semana del Memorial Day, ya superó los 910 millones de dólares en la taquilla global, y se perfila como el primer gran blockbuster del año en alcanzar los mil millones. Originalmente concebida como un proyecto exclusivo para Disney+, la cinta fue llevada finalmente a cines por decisión ejecutiva, con resultados extraordinarios.

Dirigida por Dean Fleischer Camp y protagonizada por Maia Kealoha como Lilo, la adaptación presentó una versión actualizada del clásico de 2002, centrado en el vínculo entre una niña solitaria y una criatura alienígena creada para la destrucción. Sin embargo, más allá de su éxito comercial, el remake ha desatado una discusión pública sobre los cambios narrativos y la representación de la cultura hawaiana.

Uno de los puntos más polémicos recae en el desenlace. A diferencia del original, donde Nani lucha por mantener la custodia de su hermana, la nueva versión muestra a la joven cediendo ese derecho al Estado para poder estudiar en San Diego. Este giro, que pone en segundo plano la idea central de “Ohana” la familia que no abandona a nadie, ha sido ampliamente cuestionado.

El propio Fleischer Camp defendió el cambio, argumentando que buscaban modernizar los temas de la historia original y reflejar los dilemas reales de muchas jóvenes adultas. “Quizá el personaje original era demasiado idealista. En la vida real, dejar tus sueños a los 19 años no es algo que se acepte con tanta facilidad”, afirmó.

 

 

 

 

 

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Las críticas también apuntan a la forma en que Hawaii es representado: como un decorado turístico, más que como el complejo contexto sociocultural que abordaba el filme original. La periodista Aparita Bhandari comentó que “se perdió el tono crítico sobre cómo el paraíso ha sido apropiado por forasteros”.

Más allá de las controversias, el fenómeno de Lilo & Stitch sigue creciendo. Según cifras compartidas por Variety, solo en 2024 Disney generó más de 2,600 millones de dólares en productos de consumo vinculados con la franquicia, una muestra clara del poder comercial de Stitch.

Aunque Disney no ha revelado aún la fecha de estreno ni si Dean Fleischer Camp regresará como director, el copresidente de Disney Entertainment, Alan Bergman, ya había anticipado en mayo que el proyecto tenía potencial para convertirse en una saga.

“Es el tipo de historia que se presta para más entregas”, declaró entonces al Wall Street Journal.