El Ejército Israelí retiró anoche todas sus tropas terrestres del sur de la Franja de Gaza. Después de cuatro meses de combates en la zona de Jan Yunis y seis meses desde el inicio de la guerra con Hamás, la retirada marca un hito en el conflicto que ha cobrado más de 33,100 vidas, en su mayoría mujeres y niños.

La retirada dejó solo una brigada israelí en el enclave palestino, encargada de asegurar un corredor vital entre el sur de Israel y la costa gazatí, facilitando operaciones en el centro y norte del territorio. Sin embargo, la decisión no está exenta de controversia, con críticas del exministro de Justicia israelí Gideon Sa’ar, quien argumenta que la disminución de fuerzas aleja los objetivos de la guerra.

La noticia llegó después de que las Fuerzas de Defensa de Israel recuperaran el cuerpo del rehén israelí Elad Katzir, secuestrado por la Yihad Islámica en octubre. Mientras tanto, los hospitales en el sur de Gaza quedan devastados e inoperativos tras el asedio de las tropas israelíes.

Aunque esto podría indicar un paso hacia la desescalada, el primer ministro Benjamin Netanyahu deja claro que no habrá alto al fuego hasta que se liberen los 133 rehenes. Israel, sin embargo, ha anunciado que permanecerá operativa la brigada Nahal para asegurar el corredor de Netzarim.