La relación entre Donald Trump y Elon Musk parece haber llegado a su fin. En medio de una escalada de tensiones entre ambos, el presidente de Estados Unidos evalúa vender el vehículo Tesla que había adquirido como gesto de respaldo a Musk hace apenas unos meses.

El auto, un modelo S rojo de la compañía fundada por el empresario sudafricano, permanece aún estacionado en el área privada de la Casa Blanca. Según un funcionario cercano al presidente, que habló bajo condición de anonimato, Trump está considerando deshacerse del vehículo “incluso como un regalo”. La información fue confirmada por varios medios, incluidos The New York Times y ABC News.

El Tesla fue comprado por Trump durante un evento oficial celebrado en marzo, cuando el mandatario buscaba mostrar apoyo a Musk, entonces jefe del controvertido Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). En ese momento, Tesla enfrentaba una oleada de críticas y caídas bursátiles, en parte por la imagen pública deteriorada de Musk y por ataques legislativos a sus concesionarios y puntos de carga.

Pero la alianza política y empresarial se quebró bruscamente esta semana, tras un intercambio de declaraciones en redes sociales que fue subiendo de tono. Musk criticó públicamente el nuevo plan fiscal del gobierno republicano, lo que desató la ira presidencial. Trump respondió amenazando con suspender contratos federales millonarios con las empresas de Musk, a lo que el magnate replicó con acusaciones sobre el supuesto ocultamiento de vínculos entre Trump y el caso del fallecido pederasta Jeffrey Epstein.

“Perdió la cabeza”, dijo el presidente este viernes en una llamada con ABC News, donde también aseguró que no está interesado en hablar con Musk, pese a los intentos del empresario por recomponer la relación. En otra entrevista con CNN, Trump fue aún más tajante: “Ni siquiera estoy pensando en él”.

Personas cercanas al presidente señalan que, más que furioso, Trump se mostró decepcionado por lo que consideraba una alianza estratégica en temas tecnológicos y energéticos.

La pelea tuvo consecuencias inmediatas en los mercados. Las acciones de Tesla se desplomaron un 14% tras el enfrentamiento público, aunque este viernes registraron una leve recuperación del 6% en las primeras horas de cotización.