El expresidente Donald Trump reiteró este martes su postura de que se debe hacer pública "cualquier información creíble" relacionada con el fallecido financiero Jeffrey Epstein, a pesar de que una investigación federal reciente descartó la existencia de pruebas que lo vinculen con una supuesta red de chantaje a figuras poderosas.

En declaraciones a la prensa antes de abordar su vuelo hacia Pensilvania, Trump calificó el caso como "sórdido pero aburrido" y cuestionó el interés continuo de la opinión pública y sus seguidores en el tema. "Lleva muerto mucho tiempo. No entiendo por qué sigue siendo noticia, a menos que haya gente mala incluyendo los medios falsos queriendo alimentar el escándalo", afirmó.

Sus comentarios llegan días después de que el Departamento de Justicia (DOJ) y el FBI concluyeran que no hay evidencia que respalde la teoría de que Epstein manejaba una lista de personalidades influyentes a las que extorsionaba. El informe, divulgado el lunes, reafirmó además que el magnate murió por suicidio en 2019 en su celda de Nueva York, desmintiendo así las especulaciones sobre un posible asesinato para encubrir a sus contactos, entre los que se mencionaba al exmandatario Bill Clinton.

Pese a las conclusiones oficiales, Trump acusó a sus antecesores, Barack Obama y Joe Biden, de haber "fabricado" documentos para manipular el caso. Esta postura ha generado malestar entre sectores de su base más leal, el movimiento MAGA, que esperaba revelaciones explosivas tras promesas previas de "exponer la verdad".

El caso Epstein ha exacerbado las divisiones entre el DOJ y el FBI. Fuentes cercanas a la fiscal Pam Bondi aliada de Trump señalan que acusa al subdirector Dan Bongino de filtrar información a medios conservadores para socavar su credibilidad. Por su parte, el círculo de Bongino responsabiliza a Bondi del manejo del caso.

En una conferencia de prensa hoy, Bondi evitó abordar las críticas y se limitó a decir: "Estamos enfocados en mantener a EE.UU. seguro y trabajando en equipo. Eso es lo prioritario".

Mientras el gobierno intenta dejar atrás el polémico legado de Epstein, las declaraciones de Trump reavivan el debate sobre la transparencia en uno de los escándalos más oscuros de la élite estadounidense.