Kevin Durant, uno de los jugadores más influyentes de las últimas décadas, ha sido traspasado a los Houston Rockets en una operación que promete transformar el equilibrio de poder en la NBA. Con 36 años y una carrera plagada de éxitos, Durant llega a un equipo joven y ambicioso que ahora suma una figura con experiencia de campeonato.

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El acuerdo incluyó la salida de piezas clave como Jalen Green y Dillon Brooks, además de selecciones importantes del Draft, lo que demuestra la determinación de Houston por competir al más alto nivel. Durant, quien promedió más de 26 puntos por partido en la última temporada, aportará liderazgo, anotación y una visión del juego privilegiada que puede ser decisiva en momentos clave.

El entrenador Ime Udoka, que conoce bien a Durant por etapas anteriores en su carrera, será clave para integrar al veterano en un sistema que ha apostado por el desarrollo de jóvenes talentos. Con figuras emergentes como Alperen Şengün y Amen Thompson, los Rockets ahora combinan juventud y experiencia en busca de un regreso triunfal a los playoffs.

Por su parte, Phoenix da señales claras de iniciar una nueva etapa, apostando por la reconstrucción tras una temporada decepcionante. Mientras tanto, en Houston se respira optimismo, ya que la llegada de Durant no solo eleva las expectativas, sino que devuelve a la franquicia texana al mapa de los contendientes al título.